La radiación es una cosa mucho más común de lo que podemos pensar. En nuestra vida diaria comemos, inhalamos, vivimos y dormimos rodeados de radiación, de hecho somos radiactivos. Pero como en todas las cosas la diferencia la marca la cantidad (dosis), pero también la tasa (la cuanta radiación por unidad de tiempo). Diariamente estamos expuestos a dosis muy pequeñas como lo que nos proporciona comer una banana o algo más elevadas como las obtenidas al hacernos un TAC. Hay distintas unidades que miden radiación, en la tabla abajo podemos ver las dosis absorbidas típicas medidas en Sieverts (Sv) para las distintas fuentes de radiación. Haced click para el gráfico ampliado.
Anualmente recibimos entre 3 y 4 mili Sv, unos 10 micro Sv diarios, siendo la mayor parte de este debido al gas Radón. Este gas proviene de la desintegración natural del Uranio existente en tierra. La presencia de este gas depende de mucho del lugar y el tipo de suelo, pero se suele encontrar en mayores concentraciones en los sótanos y en general se puede acumular en lugares poco ventilados. Pero tenemos además muchos elementos de uso común que son radiactivos.
Algunos tipos comunes de los detectores de humo contienen un fuente poco activa de Americio-241. Estos utilizan la radiación alfa creadas por el Americio para la detección del humo. Cuando el humo entra en el detector reduce la corriente en el aparato (creada por la radiación en el aire) y acciona la alarma. Las partículas alfa tienen un poder penetrante muy limitado, no son capaces de atravesar una hoja de papel, pero es necesario saber como manejar este tipo de dispositivos. Algunos relojes tenían un elemento radiactivo como fuente de luz, al igual que con los detectores simplemente hay que procurar no comerlos, de otro modo son innocuos. Algunas cerámicas y vidrio podían contener trazas también de elementos radiactivos como Uranio, Torio y Potasio.
Fertilizantes y comida. Fertilizantes comerciales contienen normalmente en diferentes niveles Potasio, Fósforo y Nitrógeno. El Potasio es naturalmente radiactivo y el Fósforo puede estar derivado de fosfatos que pueden contener niveles de Uranio. La comida también puede ser radiactiva (siempre a niveles bajos). Es conocido el hecho de que las bananas son radiactivas. Existe por este motivo el banana equivalent dose (BED) es una medida de radiación. Un BED se define como la radiación absorbida por una persona que come una banana y es equivalente a 0.1 micro Sv. Diariamente la radiación que recibimos es equivalente a 100 bananas, así que comer una o dos bananas diarias nos cambiará poco la dosis que recibimos diariamente.
Sin embargo lo que si que puede llegar a ser elevado es la radiación proveniente del tabaco. Estudios realizados sobre personas con cáncer de pulmón (post-morten) revelan que la radiación puede llegar a ser de 160 mili Sv anuales, estos sería en el caso extremo, pero unos 20 cigarrillos diarios darían una radiación de 53 mili Sv anuales, más de diez veces más de la radiación media para una persona.
Durante un período a principios del siglo XX los productos radiactivos fueron una moda muy extendida muchos de ellos con nombres muy curiosos. Pero antes de hablar de estos veamos un poco la historia del descubrimiento de la radiación y los personajes importantes en el descubrimiento.
El descubrimiento de la radiación marca el comienzo de la física nuclear como la conocemos hoy. Tenemos que remontarnos a finales del siglo XIX para empezar la historia. En W. C. Roentgen el 22 diciembre de 1895 hizo fotografió la mano de su esposa dejando al descubierto sus huesos y el anillo de casada en la imagen obtenida, estaba haciendo la primera radiografía de la historia. La esposa de Roentgen había situado la mano en el camino de los rayos-X que Roentgen creo haciendo chocar un haz de electrones sobre un tubo catódico.
El trabajo de Roentgen sorprendió y agito a la comunidad científica. El físico Antoine H. Becquerel (hijo y nieto de físicos) conocía el trabajo de Roentgen, pero se centro en otro aspecto la fosforescencia y fluorescencia. Estos fenómenos tenían muchas similitudes con los rayos-X pero también diferencias. La fosforescencia no se paraba inmediatamente cuando se paraba la fuente de energía cosa que sí ocurría con los rayos-X creados por Roentgen. Como fuente de energía Becquerel utilizaba el sol y un día nublado hizo un descubrimiento por accidente. Al estar nublado guardo las placas fotográficas que utilizaba para sus experimentos en un cajón, junto con cristales de uranio. La sorpresa vino cuando volvió a ver la placas. La única conclusión posible era que los cristales de uranio eran capaces de emitir rayos incluso sin una fuente de energía externa. Becquerel no continuo con la investigación de esta radiación pero otros lo hicieron siendo los más notables Pierre y Marie Curie.
Durante sus numerosos estudios de los elementos radiactivos (termino acuñado por ellos) descubrieron lo que tenía que ser un nuevo elemento ya que era muchísimo más radiactivo que el Uranio, en homenaje a la tierra natal de Marie lo llamaron ‘Polonio’, también descubrieron el Radio. Marie siguió con la investigación después de la muerte de su marido estableciendo los estándares de la emisión radiactiva (el Curie o Ci). Esta unidad sirve para comparar la radiación de los elementos. Además descubrió que la radiación decrecía con el tiempo y calculó y predijo esta variación. Pero seguramente el mayor avance es que se dio cuenta que la radiación era una propiedad de la materia y no una emanación independiente. Marie es la primera mujer que gano el premio nobel y una de las cuatro personas que ha conseguido dos Nobeles (en Química y en Física). Marie y Pierre recibieron el Nobel “en reconocimiento al los extraordinarios servicios conjuntamente prestados en la compresión del estudio de la radiación descubierta por H. Becquerel”
Marie murió en 1934, pero ya al inicio del siglo XX, la radiación se había hecho popular. En 1903 J. J. Thompson escribió un artículo en Nature escribiendo que algunas de las fuentes eran radiactivas, se vio entonces que algunas de las fuentes naturales más famosas contenían de hecho radiactividad natural (el Radón es una de las mayores fuentes de radiación natural). En los 30, el uso de elementos radiactivos era moda y se les otorgaban propiedades curativas casi milagrosas. Todo el mundo reconocía la eficacia curativa del Radón en agua, muchos pensaron que la ingestión sería mucho más efectiva. Así en este período aparecieron muchos artículos radiactivos : cremas de belleza, pasta de dientes (el Radón se creía útil contra la caída de los dientes y capaz de mejorar la digestión), barras de chocolate, jabón e incluso supositorios y anticonceptivos. En las fotos podéis ver algunos de los objetos de la época, creo que mis favoritos son la pasta de dientes y el ‘Radioendocrinator’ un dispositivo que anunciaba la mejora de las prestaciones en el varón (ver las instrucciones de uso).
Este tipo de productos ya no están permitidos en la actualidad, nadie anuncia la radiactividad como curativa aunque aun se puede (o podía) encontrar “remedios” homeopáticos que contienen Plutonio. Bueno no es verdad que la radiación no sea curativa, el tratamiento médico con radiación es una de las formas más eficaces de tratamiento de cánceres, pero es muy diferente el tratamiento dirigido a una zona y guiado, que la exposición indiscriminada. Aun así nos rodeados de radiactividad diariamente simplemente dormir con una persona al lado nos expone a una dosis de 0.05 micro Sv, como dije al principio somos animales radiactivos.
Radiación : Bananas, Homeopatía y Marie Curie,